Dios Zeus Historia
Zeus en el monte de ida
Zeus fue escondido en una cueva de Creta, ubicada en el monte Ida. Ahí las versiones sobre lo que ocurrió a continuación difieren.
Se cree que fue criado por la misma Rea, quien escapaba del Monte Olimpo cuando su esposo no estaba pendiente. También se dice que fue criado por una cabra de nombre Amaltea y por un grupo de soldados (Coribantes o Curetes), quienes danzaban dando grandes voces para que Cronos no escuchara a Zeus llorar.
También se tienen versiones donde Zeus fue criado por tres ninfas. La primera habría sido Adamantea, quien lo colgó con una cuerda de un árbol para que Cronos, gobernante del cielo, la tierra y el mar, no pudiera saber de su existencia al no estar en ninguno de sus territorios.
La segunda sería Cinosura, a quien Zeus, en forma de agradecimiento, la habría subido al cielo en forma de estrella cuando esta murió.
La tercera vendría siendo una ninfa llamada Melisa, hija de Meliseo, soberano de Creta, y quien habría alimentado al dios del rayo con leche de cabra y miel.
Por último, existe una versión más donde Zeus es criado por pastores, quienes lo hicieron a cambio de que sus ovejas no fueran devoradas por los lobos.
Personalidad y carácter de Zeus
Caprichoso, cruel, despiadado y lujurioso, aunque a veces, benevolente y justo, Zeus era consciente de su estatus como el más poderoso de todos los dioses.
No dudaba en utilizar sus poderes e imaginación para mantenerse en el trono, doblegando e imponiendo su voluntad frente a los otros dioses del Olimpo.
Con todo, y a pesar de propinar castigos extremadamente severos, Zeus también era visto como un dios justo y prudente, cuando se trataba del destino de los humanos.
Muchas veces se retiraba de un conflicto para meditar su decisión antes de impartir un juicio. Aunque no dudaba a la hora de propinar castigos y edictos, tanto a humanos como a dioses (incluyendo su esposa e hijos), en muchas ocasiones Zeus actuaba como un dios piadoso. Cuando se cansaba de la decadencia humana su carácter explosivo hacía que comenzara arrojar rayos contra la tierra.
En muchas ocasiones, Zeus es visto como un ser con falencias y predilecciones que nublaban su juicio al igual que los seres humanos. Por ejemplo, su predilección por Atenea, ciertamente su hija más querida, llevaba a que Zeus no la castigara con la misma rigurosidad con la cual castigaba a otros dioses, incluyendo a su esposa Hera.
En la Ilíada, Zeus hace caso omiso en varias ocasiones de las intervenciones de Atenea en favor de los aqueos hasta finalmente obligarla a volver al Olimpo. Una prueba de la dureza de los castigos Zeus sería el castigo impuesto Hera, luego de que esta conspirara contra él organizando un golpe de estado con la ayuda de Poseidón y Apolo.
Después de que Poseidón y Apolo, los ataran con unas cadenas de oro mientras dormía, la diosa Tetis llamó al Hecatónquiro Briareo para que lo liberara. Una vez rotas sus cadenas, Zeus castigó a Hera, colgándola de una cadena en los cielos hasta que juró que no volver a intentar derrocarle; a Apolo y Poseidón los envió a Troya para ayudar a construir la muralla de la ciudad. Tras dicho castigo ningún dios volvió a amenazar su autoridad.
Amoríos de Zeus
Hera
Fue dios de la luz, del cielo sereno y del rayo. Sin embargo, los relatos mitológicos muestran que indiscutiblemente tenía una gran debilidad: sucumbía constantemente a los efectos de la belleza divina y terrenal.Dice la mitología que Hera fue la tercera y definitiva esposa de Zeus. Hera era la diosa más importante de las diosas olímpicas y, como Zeus, era la hija mayor de Cronos y Rea. Por tanto, Zeus y ella eran hermanos. Homero cuenta que su amor fue fruto de una atracción surgida desde niños que se consumó a espaldas de sus padres durante 300 años antes de su unión definitiva y formal. Para algunos, Zeus y Hera se casaron en el Jardín de las Hespérides, donde la primavera era infinita.
Metis
Dicen que Zeus se enamoró de Metis, una titánide que personificaba la prudencia y la perfidia. Hija de Océano y de Tetis fue, realmente, la primera de las tres esposas que tuvo Zeus. Aun así, no fue amor a primera vista. Zeus intentó conquistarla, pero ella no parecía estar interesada y, para escapar de Zeus, adquiría diferentes formas. Es, de hecho, fruto de una de estas transformaciones que Zeus, a punto de honrarla con su simiente, derramó el esperma divino por el cielo y creó la Vía Láctea.
Su segunda esposa fue Temis, hija de Uranio y Gea (y tía, por tanto, de Zeus). Con ella tuvo a Las Horas, las diosas cósmicas y del orden social, y a Las Moira, dueñas del destino.
También se enamoró de Europa, la hija del rey Tiro. En una ocasión, mientras Europa paseaba por la orilla del mar con sus doncellas, fue sorprendida por un toro inmaculado que se acercó a ellas. Este toro era, en realidad, Zeus, que ganándose su confianza hizo que Europa se montara en su lomo y así la raptó. Se adentró con ella en el mar y la llevó hasta Creta, donde hicieron el amor y trajeron al mundo a Minos, Sarpedón y Radamantis.
Alcmena
Una de las historias más famosas en lo que a amores de Zeus respecta, es la historia de Alcmena.
Zeus cae rendido ante la belleza de ésta, que era nieta del héroe Perseo y esposa enamorada de Anfitrión. Dado que Anfitrión había partido a la guerra, Zeus adquiere su aspecto y visita a Alcmena, y ambos se unen en una noche de 72 horas. Tras ello, el verdadero Anfitrión regresa y, al ver que Alcmena no le recibe con la calidez esperada, advierte su engaño con Zeus y la castiga a morir en la hoguera. Pero Zeus envía una lluvia que la salva de su fatídico destino.
Ganimedes
Y parece que no sólo le fascinaba la belleza femenina. Cuentan que cuando Zeus vio a Ganimedes, un joven que pastoreaba en las laderas del monte Ida, se transformó en águila y se lo llevó al Olimpo. Allí, sustituyendo la labor que tenía su hija Hebe, le otorga el deber de escanciar el néctar de los dioses. Cuenta Luciano de Samosata, escritor del siglo II d.C.Dánae
Leda
Leda es hija de Testio, rey de Etolia, y de Eurítemis. Casada con Tindáreo, rey de Lacedemonia, había tenido varios hijos: Timandra, Clitemestra, Helena y los Dioscuros (Cástor y Pólux). Sin embargo, algunos de estos hijos pertenecían en verdad al rey de los dioses. Leda, para huir de la seducción de Zeus, se transformó en oca; pero el dios, transformado entonces en cisne, consiguió someterla.
Io
Io es princesa de Argos y sacerdotisa de Hera. Zeus cayó en las redes de su amor, según unas versiones por la belleza de la joven, según otras por un filtro de amor que le dio a beber Inge. Zeus se apareció en sueños a la joven y le ordenó que se dirigiera a las orillas del lago Lerna para entregarse a él. Io contó el sueño a su padre y este, tras consultar los oráculos, decidió que lo mejor era obedecer los deseos del dios para no despertar su ira. De este modo, Zeus e Io se unieron.
Calisto
Calisto era, según unas versiones, una ninfa de los bosques, según otras, hija bien de Licaón bien de Nicteo. La joven había decidido conservar su virginidad y formaba parte del séquito de Artemisa. Pero Zeus, al verla, se enamoró de ella y, disfrazándose de Artemisa, logró unirse a ella. Un día que todas sus compañeras se daban un baño en una fuente, Calisto tuvo que desnudarse, de modo que quedó al descubierto que estaba encinta y la falta que había cometido. Enfadada, Artemisa la echó y la convirtió en una osa. Hera se enteró de lo sucedido, lo cual despertó sus celos, e instó a Artemisa a que diera muerte a la osa Calisto. Entonces Zeus se compadeció de la suerte de su amante y la transformó en una constelación: la Osa Mayor.
Sémele
Hijos de Zeus
Con su legítima esposa, Hera, tuvo varios hijos:
Con Leto, una titánide, tuvo un par de gemelos que pasaron a engrosar la lista de dioses olímpicos: Apolo y Artemisa.
Algunos autores le hacen relacionarse con Ananké, un ser femenino surgido de la nada al principio de los tiempos y que para algunos autores personificaba el destino. Tuvo tres hijas conocidas como las Moiras, que controlaban el hilo de la vida de los mortales.
También se relacionó con las Pléyades y de su unión con Maia (Maya) nació Hermes, el mensajero de los dioses y como fruto de sus relaciones con Selene, la diosa de la Luna, los vástagos más importantes fueron Erza, la diosa del rocío, Pandía, la personificación de la luna llena y el León de Nemea.
Las féminas semidivinas que se unieron a Zeus y procrearon con él son fundamentalmente Ninfas. Con la Ninfa del bosque Calisto, tuvo a Arcas, que dio nombre a los de los Arcadios. Como esta ninfa había hecho voto de castidad ya que pertenecía al séquito de Artemisa, Zeus tomó la forma de Artemisa, la sedujo y la dejó embarazada. Otro de los hijos de Zeus con una ninfa fue Éaco hijo de la ninfa Egina y que fue un héroe y rey de la isla con ese mismo nombre. Como era uno de los favoritos de Zeus, que intentó hacerlo inmortal, Hera en venganza mató a todos los hombres de su isla. El padre de los dioses convirtió a las hormigas del lugar en hombres, dando así origen a la raza de los mirmidones.
es hijo de Zeus y Alcmena, una mortal hija del rey Electrión. Cuenta la leyenda que el Dios del Olimpo adoptó la forma de su marido, que había dejado su casa para ir a luchar a la guerra contra Atenas. Un engaño que acabó con el nacimiento de Heracles.
Perseo era un semidiós, hijo de Zeus y de la mortal Dánae. Polidectes, que se había enamorado de Dánae, pensó que Perseo estorbaba a sus planes y amenazó a este con cortar la cabeza de su madre si no le traía la cabeza de la Medusa, una de las tres gorgonas que habitaban en la isla de Sérifos.
De sus relaciones con Leda, la esposa del rey Tindáreo de Esparta, nacieron Helena y Pólux. Zeus también se valió de un engaño para conseguir a esta mujer. Se transformó en un cisne perseguido por un águila y se refugió en los brazos de Leda. Por la noche la mujer yació con su marido y en el momento del parto puso dos huevos. De uno nacieron Helena y Pólux, inmortales, que eran hijos de Zeus y del otro Clitemnestra y Cástor que eran mortales e hijos de Tindáreo.
La última mortal que citaremos es Sémele. Para seducirla el dios tomó la forma de un pastor mortal y Hera celosa la convenció de que le pidiera que se mostrase en todo su esplendor. Zeus así lo hizo y la chica quedó calcinada. Sin embargo, Zeus estuvo a tiempo de salvar al hijo que estaba gestando, Dioniso, y lo cosió a su pierna hasta que terminó el período de gestación.