Diosa Hestia Historia
Hestia
Es la diosa del hogar y la familia. Estaba presente en el fuego de todas las casas y templos griegos. Nunca interviene en guerras o disputas, es una diosa pacífica que permanece siempre en el Olimpo donde también constituía el centro religioso de la casa de los dioses.
Hestia era una diosa virgen a la que Zeus le había concedido el don de conservar su pureza. La primera ofrenda de los banquetes se hacía a Hestia.
Se representaba sentada o de pie, en actitud solemne y sosegada, sosteniendo una llama en la mano derecha, con un velo que desde la cabeza le caía por la espalda. Su símbolo era el círculo. Era hija de los titanes Cronos y Rea y hermana de Zeus. Fue la primera en ser devorada por su padre Cronos al nacer.
Cuando Dioniso es admitido en el Olimpo, Hestia le cede su puesto en el consejo de los doce dioses y se dedica por completo al cuidado del fuego sagrado del Olimpo.
Dos pretendientes Divinos
Los dioses Poseidón y Apolo se enamoraron locamente de Hestia, y fueron muy decididos a conquistarla. Estaban seguros que, ante semejantes galanes, la diosa no podría resistirse. Pero Hestia había tomado la firme decisión de permanecer soltera, así que rechazó a ambos pretendientes. ¡Menudo chasco! Para que quedara claro, hizo jurar a Zeus que ningún otro dios iba a cortejarla y que ella no se casaría nunca.
Zeus estaba orgulloso de la decisión de su hermana y le concedió su ansiada soltería. Además, permitió que el primero de los sacrificios que se ofreciera a cualquier dios fuera dedicado a Hestia.
Fiesta de Rea
La cuestión es que, en una ocasión, Rea, la madre de Hestia y sus 5 hermanos, organizó una memorable fiesta que juntó a un montón de gente: dioses, ninfas, sátiros… Todos los dioses salían con unas cuantas copas de más, incluida la dulce Hestia. En un momento dado, la diosa se quedó dormida en los jardines, buscando algo de paz. Príapo aprovechó la ocasión para acercarse, sin estar muy claro si sabía que la bella durmiente era Hestia o pensaba que era una delicada ninfa. Lo que sí era cierto es que intentó abusar de ella. Justo en ese momento un burro rebuznó, despertando a Hestia y poniéndola a salvo.
Hestia en los hogares
En las casas la presencia de Hestia también era fundamental: era la diosa de lo doméstico. El hogar donde se ubicaba el fuego era el centro de reunión de la vivienda, la única fuente de calor, donde se cocinaba y transcurría la vida. La sociedad griega esperaba que las mujeres de la casa atendieran personalmente el fuego doméstico, tanto para su uso cotidiano en actividades del hogar como para ofrecer sacrificios a Hestia y que ésta les brindara sus favores. Se consideraba una señal de malísima suerte si el fuego se apagaba, ya que creían que Hestia había dado la espalda a esa familia.
Las virgenes vestales
Las sacerdotisas de Hestia / Vesta eran conocidas como vírgenes vestales, ya que no podían casarse ni mantener relaciones en los 30 años que duraba su compromiso de servicio a la diosa. El celibato era sagrado y, en el caso de que alguna de las vestales incumpliera su casto compromiso, el castigo era tremendo. Lo más habitual era que fueran enterradas vivas, aunque algunas desafortunadas fueron obligadas a beber plomo hirviendo.